sábado, 6 de febrero de 2010

Un destello de luz

Me sorprendió tu risa
en una tarde triste
me sorprendió la luz
de tus ojos en ese
día tan nublado,
parecías un destello
del cielo que llegaba
a mí, para iluminarme
con su luz infinita,
me encantó tu ternura
que me acarició con
la suavidad del viento,
me enamoró tu dulzura,
aquella que se desbordaba
cada vez que una palabra
de tus labios se escapaba,
me sentía entre nubes
al permanecer recostado
en ru regazo, al sentir
tus manos acariciándome
la frente, con tal candidez
que cautivo por completo
mi ser.

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