Caminando sola un día,por las calles solitarias de esta ciudad, me encontré a un niño , que la trristeza en su mirada se podía notar, era un niño de muchos aquellos que vagan por el mundo en busca de amor.
se me acercó de pronto sonriente y con la carita sucia, me miro sollosante y me dijo que con él la vida es injusta,que quería ser amado como los demás , que quería corrrer y las adversidades poder vencer, le pregunté ¿por qué?tanto resentimiento había en él, me dijo un poco serio , que no tenía más que eso, que sólo tenía a Dios y que él nunca lo olvidó, me dijo triste que sus piernas un día las perdió,por una persona que como un juego la vida tomó,entonces le pregunte ¿por qué hablaba así?, me dijo con voz fuerte, que los que tenemos mucho , perdemos el tiempo deseando más, no sabemos aprochar lo que Dios nos dá, decimos que nos cansamos de caminar , cuando tenemos la dicha de tener piernas para correr, nos quejamos del sol, cuando tenemos la dicha de tener ojos para comtemplarlo, renegamos de dar la mano,cuando Dios nos bendijo con dos de ellas para poder ayudarnos, no valoramos la vida , cuando tenemos la gran bendición de tenerla, nos quejamos de pequeños dolores, cuando hay muchos que sonríen , mientras luchan por vivir, no sabemos decir gracias ni por el pan que tenemos cada día ,somos tan ingratos que no agradecemos ni las bendiciones del día,
lo miré asombrada y le pregunté¿de donde has sacado palabras tan sabías?.
me dijo sonriente que la vida le enseñó,que sino tiene piernas para correr, ni manos para ayudar, ni ojos para ver, Dios le bendijo con sus sueños y con un corazón sincero , que tiene mucho amor que dar , aunque no tenga felicidad, depronto me giré para verlo nuevamente, pero depronto despareció repentinamente, escucharlo fue como aquellas reflexiones que te hacen ver las bendiciones que Dios nos dá y lo afortunados que somos de tener lo mucho que tenemos.
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