Hermosa madre mía
tierna y delicada
como una flor,
piadosa como Dios.
llevas en tus ojos
la candidez e inocencia
de una niña,
con un alma pura
y un limpio corazón.
entre cadenas te expusiste
por la salvación del mundo
te lastimaste e heriste ,
dando a la humanidad
una lección de hermandad.
Hoy te recordamos con amor
y admiración, dándote honra
con cada oración.
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