Duelen las despedidas inesperadas
lastiman las evaciones de las miradas
hieren la vanidad de las palabras,
despedirse de la persona amada
es como arrancarse un pedazo
del corazón y dejarlo morir
tristemente desangrándose
sin nada que lo pueda auxiliar,
nunca es fácil decir a Dios
cuando aún se tiene
mucho por dar y recibir,
no es fácil despedirse de la vida
cuando todavía hay mucho
por vivir y disfrutar
la despedida mas triste
es aquella que el destino
nos forza a hacer.
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