martes, 23 de junio de 2009

Querido maestro

*Con paciencia me educas
con amor me enseñas
el valor de las cosas,
nunca demuestras cansancio
por más que hayas
laborado demasiado,
me demuestras tu amistad,
reafirmas tu lealtad
con sólo saber escuchar,
tu labor es enseñar,
pero haces mucho más que eso,
no sólo te preocupas por que aprendamos,
sino también por hacernos entender
cada lección aprendida,
te debemos lo que somos
y te amamos por todo lo que nos regalas,
tu paciencia infinita y tu dedicación enternecida.

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