domingo, 31 de mayo de 2009

Errada

Caminaba entre las sombras
de mi soledad percibida
no distinguía la alegría
que atráz de mi vida
he dejado,
corría entre el laberinto
de mis aflicciones
y me perdía aún más
en cada intento de salida
lloraba contemplando
el desastre en el cual
se habían convertido
mis días,
quería gritar desesperada
pero fuerzas ya no me quedaban
tantas veces perdí la conciencia
pero nunca la esperanza
de tu existencia,
llegaste como un ángel
a librarme de mi propia
desgracia construida,
para darme el amor
que tal vez no merecía.

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